¿Por qué son aconsejables las saunas finlandesas?

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La sauna finlandesa, también conocida como sauna seca, tiene importantes beneficios para la salud, ya que ayuda a vivir más, reduce el estrés, mejora la calidad de vida, alivia los dolores musculares, libera endorfinas, etc. En Finlandia existen más de 2 millones de saunas y la mayoría tienen acceso directo a un lago, porque los finlandeses quieren desconectar del estrés y pasar de los 100 grados de la sauna a los bajo cero del agua helada.

El Mundo explica que «Finlandia repite por segundo año consecutivo como el país más feliz del mundo según el informe World Happiness Report de la Organización de Naciones Unidas de 2019. Y, aunque el estudio tiene en cuenta parámetros objetivos como el PIB, las ayudas sociales, la esperanza de vida, la libertad o la corrupción, los finlandeses apuntan a esta práctica como el quid de su satisfacción personal».

Las saunas finlandesas son idóneas para las casas adosadas, pero también para las viviendas con menos espacio, ya que solo necesitamos tecnología, agua y luz. Es un tipo de sauna que se caracteriza por su sequedad porque en el interior no hay agua, ni vapor abundante. La humedad suele rondar el 5-20 % y ofrece una temperatura de entre 90 y 120 grados.

La sauna finlandesa tiene sus orígenes en la región del norte de Europa. Los habitantes querían combatir las bajas temperaturas durante el invierno, pero con el paso del tiempo se terminó convirtiendo en un ritual relajante con fines terapéuticos. La sauna finlandesa consta de dos elementos básicos: la estructura y la estufa. La estructura es de madera y en su interior podemos encontrar bancos en varias alturas. En el centro se coloca una estufa que calienta el interior de la estructura.

La estufa es el dispositivo encargado de calentar la sauna finlandesa y puede funcionar de distinta manera. Por lo general, lo más habitual es que la estufa cuente con una resistencia eléctrica, que es la encargada de calentar las piedras que, a su vez, son las responsables de radiar el calor por el interior de la sauna. Lo más recomendable es utilizar maderas de alta calidad para fabricar estas saunas, pero también se pueden utilizar otros materiales, como el acero inoxidable o el cristal, para que podamos ver el exterior a través del cristal y al mismo tiempo se disfruta de un espacio visualmente abierto.

Es aconsejable que el tirador de la puerta esté fabricado en acero inoxidable y las bisagras deben contar con un sistema de cierre hidráulico automático. En la actualidad la sauna finlandesa representa un espacio de relajación que se puede personalizar al gusto y a las necesidades de cada vivienda. Hay saunas con sistemas de control inteligente, por lo que podemos controlar la temperatura y la humedad. La sauna finlandesa tiene un sensor que regula la temperatura del calefactor y ofrece un sistema de renovación de aire.

Los profesionales de Saunas luxe, fabricantes de saunas finlandesas a medida y expertos en saunas de infrarrojos, nos explican que la principal diferencia entre una sauna finlandesa y una sauna de infrarrojos radica en el método de calentamiento y esto es lo que nos han contado:

Sauna finlandesa: en una sauna finlandesa tradicional, el aire se calienta con una estufa de leña, carbón o electricidad. En el interior  la temperatura puede alcanzar los 100 °C.

Sauna de infrarrojos: las superficies emiten radiación infrarroja que calienta directamente el cuerpo sin calentar el aire. Este tipo de sauna utiliza paneles de carbono u otras fuentes de calor por infrarrojos para crear una temperatura más baja que la de la sauna finlandesa.

Consejos antes de entrar en la sauna

No es aconsejable entrar en una sauna con el estómago vacío ni demasiado lleno. También debemos beber infusiones calientes o bebidas sin azúcar, para favorecer la sudoración. Se puede entrar en la cabina desnudo o cubierto con una toalla de fibra natural. Una vez dentro de la cabina, debemos intentar relajarnos, por lo que podemos tumbarnos o sentarnos cómodamente. Durante los dos últimos minutos, debemos  permanecer sentados para reajustar la circulación sanguínea a la posición vertical. Es importante salir de la sauna lentamente, para evitar bajadas de tensión o mareos.

Los finlandeses apuestan por un baño en agua helada, que se realizará al menos dos minutos después de salir de la sauna. La tercera fase consiste en volver a entrar en la sauna durante otros diez minutos y volver a ducharse con agua fría al salir. Al final del tratamiento, se recomienda estirarse en una tumbona durante unos diez minutos y reponer líquidos.