Tras el paso de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que afectó gravemente a varias poblaciones de la Comunidad Valenciana en octubre de 2024, las empresas locales se volcaron en proporcionar ayuda a los afectados, demostrando un fuerte sentido de responsabilidad social. La intensidad de las lluvias, que provocaron inundaciones masivas, desbordamientos de ríos y graves daños en infraestructuras, movilizó tanto a grandes corporaciones como a pequeñas empresas para colaborar en las labores de rescate y reconstrucción.
En primer lugar, muchas empresas de la Comunidad Valenciana se unieron para realizar donaciones de productos básicos. La solidaridad fue una respuesta inmediata, con grandes empresas de distribución y alimentación como Mercadona, Carrefour y otras colaborando con las autoridades locales. Estas empresas proporcionaron alimentos no perecederos, agua potable y productos de higiene para distribuir entre los afectados. Las donaciones fueron esenciales para atender a la población que perdió todo debido a las inundaciones, especialmente en zonas como Utiel, Requena, y algunas áreas rurales de la provincia de Valencia, donde las lluvias alcanzaron hasta 500 litros por metro cuadrado en algunas localidades.
Además de la ayuda básica, las empresas del sector de la construcción y los proveedores de materiales fueron fundamentales en las tareas de reconstrucción. Al conocer la magnitud de los daños, numerosas compañías locales de materiales de construcción como Bauhaus y Leroy Merlin ofrecieron sus productos a precios reducidos o incluso gratuitos. Cementos, ladrillos, vigas y otros materiales de construcción fueron entregados para reconstruir viviendas afectadas, especialmente en áreas como Montserrat y Llombai, donde el agua destruyó muchas casas y comercios.
El sector tecnológico también tuvo un papel clave en la ayuda a los damnificados. Varias empresas locales de software y telecomunicaciones se involucraron en el desarrollo de plataformas de información y comunicación para coordinar las tareas de rescate. Estas herramientas permitieron a los afectados informar sobre su situación y pedir ayuda específica, mientras que las compañías de telecomunicaciones colaboraron proporcionando líneas de emergencia gratuitas y redes de comunicación de apoyo. Así, empresas como Telefónica ofrecieron datos adicionales gratuitos para asegurar que las personas pudieran mantenerse comunicadas, lo que fue vital para las labores de rescate durante los momentos más críticos.
El sector hotelero de la región también se mostró solidario, especialmente en Valencia y Alicante. Con las calles inundadas y muchas personas evacuadas de sus hogares, los hoteles, hostales y apartamentos turísticos abrieron sus puertas para ofrecer alojamiento a los afectados, muchos de ellos de forma gratuita o con precios simbólicos. Estos establecimientos fueron refugios provisionales mientras los equipos de emergencia trabajaban en la recuperación. Empresas como Valencia Turisme organizaron campañas para ofrecer alojamiento y distribuir ayuda a las zonas afectadas.
Las empresas de transporte y logística también desempeñaron un papel crucial en la distribución de la ayuda. Las empresas de transporte local y nacional, incluyendo a Transcoma, Bvpack y Transportes Azkar, entre otras, organizaron camiones con provisiones bien embaladas para llevar suministros de emergencia a las poblaciones más golpeadas, sin que sufrieran desperfectos por el camino. A pesar de las dificultades causadas por las carreteras inundadas y bloqueadas, estas empresas coordinaron esfuerzos con las autoridades para garantizar que los materiales de socorro llegaran lo más rápido y en las mejores condiciones posibles a las zonas afectadas.
Finalmente, muchas empresas pequeñas y medianas de Valencia y alrededores se unieron a las iniciativas de voluntariado. Muchos empleados se ofrecieron como voluntarios para ayudar a limpiar las calles, retirar escombros y reparar viviendas. Este esfuerzo conjunto de empresas, autoridades locales y ciudadanos permitió que, en un tiempo relativamente corto, las áreas afectadas comenzaran a recuperar algo de normalidad.
El compromiso de las empresas de la Comunidad Valenciana ante la catástrofe causada por la DANA no solo se limitó a la ayuda inmediata, sino que también sentó las bases para una recuperación más duradera, demostrando que la cooperación entre sectores privados y públicos es fundamental para superar los desastres naturales.
¿En cuánto se estima el impacto económico de la DANA?
El impacto económico de la DANA en la Comunidad Valenciana es considerable, con estimaciones que sugieren que los daños ascienden a unos 22.000 millones de euros, lo que representa una proporción significativa del Producto Interior Bruto (PIB) de la región. Este fenómeno afectó principalmente a 68 municipios en la provincia de Valencia, entre los que se incluyen tanto zonas industriales como de servicios. La magnitud de los daños ha paralizado muchas actividades económicas en las áreas más afectadas, incluyendo polígonos industriales y negocios del sector servicios, que constituyen un porcentaje importante del PIB regional.
Una de las consecuencias más visibles del desastre ha sido la afectación a más de 220.000 empleos, lo que ha provocado una interrupción de las cadenas de suministro y una desaceleración significativa en la actividad económica. La pérdida de infraestructura, maquinaria y cultivos en sectores clave como la industria, la agricultura y el comercio ha dejado secuelas que se sentirán por un largo tiempo. Se estima que la recuperación de los parques industriales afectados requerirá inversiones millonarias, especialmente considerando los daños a naves, maquinaria y sistemas de riego.
Además, la DANA también ha afectado al ámbito agrícola, que calcula pérdidas superiores a los mil millones de euros debido a la destrucción de cosechas y equipamientos. Los esfuerzos para reactivar la economía de la zona se han visto acompañados de medidas de apoyo, como la habilitación de espacios de trabajo y la implementación de ayudas financieras tanto a nivel regional como nacional.