El campo de la ingeniería abarca numerosos ámbitos, desde la ingeniera civil hasta la informática, los profesionales dedicados a la ingeniería, son considerados como los innovadores capaces de desarrollar cualquier tipo de tecnología. Empresas como Ibertrónix, ingeniería especializada en sistemas de medición a distancia, no solo ofrecen soluciones en la prevención, también contribuyen a que las empresas, logren alcanzar un desarrollo más sostenible.
Esta actuación es posible gracias a esos sistemas de prevención en los que tecnología infrarroja y termográfica, son capaces de detectar cualquier posible fallo, antes de que sea grave. Con estas medidas preventivas, tanto las obras o los edificios o sus instalaciones pueden resolver fallas en su funcionamiento y evitar pérdidas energéticas, entre otros aspectos.
Aunque seguramente a todos nos suene la imagen de esas cámaras en las que se ve a las personas y elementos de forma bastante difusa y rodeados de colorines, no está de más explicar en qué consiste esto de la termografía infrarroja. Este procedimiento, basado en cámaras termográficas, permite una rápida detección de los defectos que puedan tener los materiales, ayudando a evitar los problemas que puedan causar esos defectos o fallos. Al mismo tiempo, abre nuevas posibilidades de investigación, desarrollo y control de calidad.
Entendemos por lo tanto que, la termografía, es un procedimiento que se utiliza para la obtención de información a través de imágenes que se componen mediante la temperatura que posee un objeto o ser vivo. Esto puede hacerse a distancia y sin necesidad de establecer un contacto físico con el objeto o sujeto.
Algunos animales son capaces de captar esa longitud de onda infrarroja, como es el caso de los peces o algunos reptiles, sin embargo, para el ojo humano la única percepción visual llega a través de los ojos y no pasa de lo visible y palpable. No obstante para poder observar dichas ondas infrarrojas, los ingenieros desarrollaron en su día esas cámaras termográficas tan útiles. Gracias a ellas, es posible captar y graficar dentro de una escala de colores visibles, las ondas infrarrojas.
Cámaras, termómetros… ¿Cómo funciona?
Evidentemente, la termografía utiliza cámaras termográficas para captar esas ondas infrarrojas imperceptibles al ojo humano. Lo que hacen este tipo de cámaras, es convertir la energía que emana de cada objeto o sujeto (invisible al ojo humano) en imágenes visibles que se forman a partir de la temperatura superficial de esos objetos.
La energía que irradian son las luces infrarrojas que se encuentran a medio camino entre el espectro visible y las microondas del espectro electromagnético. La fuente principal que produce la radiación de los infrarrojos es el calor o radiación térmica. A mayor temperatura, mayor radiación, aunque los objetos fríos, como el hielo, emiten por igual, infrarrojos.
Dentro de la termografía hay que hacer una diferencia entre los termómetros infrarrojos (muy de moda desde la pandemia) y las cámaras termográficas. Los primeros se utilizan para hacer mediciones o lecturas de temperatura en un solo punto. Son útiles si solo se quiere realizar el análisis en una zona pequeña.
La cámara termográfica permite medir tanto ese punto concreto como ofrecer una visión de la temperatura correspondiente a un área determinada. Estas cámaras, proporcionan imágenes térmicas en las cuales es posible visualizar el calor que irradia un objeto, haciendo un registro de la temperatura de cada pixel que compone la imagen y, asignando a cada uno de ellos una tonalidad de color. Lo más habitual es que las temperaturas más gélidas se muestren en tonalidades azules, violetas o verdes, mientras que las más elevadas se observen en rojo, naranja o amarillo.
Esta técnica, se ha desarrollado principalmente para poder detectar problemas que se esconden y ocultan al ojo humano. Posee aplicaciones de lo más diversas, puesto que muchos ámbitos y campos pueden beneficiarse de su uso.
Al margen de las aplicaciones a las que se destine, la termografía ofrece una serie de ventajas e inconvenientes de las cuales vamos a hablar a continuación. Una de las principales ventajas, se encuentra en que se trata de un análisis no invasivo que no produce ningún tipo de daño sobre los materiales o componentes sometidos al análisis.
Otra de ellas es que aportan una visualización precisa de los valores térmicos de cada zona, gracias a la representación gráfica de las diferentes temperaturas que permite identificar de forma inequívoca la localización específica de problemas como puntos de fuga, sobrecalentamiento, etc.
Es rápida y puede hacerse un análisis sistemático de manera rápida, cómoda y eficaz que muestre los cambios térmicos de cada objeto en tiempo real. Además no necesita contacto directo con las superficies a analizad por lo que no es necesario parar la actividad durante mucho tiempo.
Se trata de una herramienta multidisciplinar que recopila patrones térmicos y estadísticas sobre la evolución de las temperaturas del objeto en cuestión. Este aspecto reviste gran utilidad en sectores de muy diversa índole como la construcción, la arquitectura, la ingeniería aeronáutica, la medicina…
En contra cuenta con algunos puntos como el coste de las cámaras que es relativamente alto y su incapacidad para detectar la temperatura interior del objeto si está separado por medios no transparentes para la radiación infrarroja como pueden ser el vidrio u otro tipo de cubiertas. A pesar de su fácil supervisión, el método requiere de un profesional capacitado con la experiencia y conocimientos necesarios para hacer la evaluación.
Aplicaciones más frecuentes de la termografía
Uno de los campos en donde resulta de mayor utilidad la aplicación de la termografía, es la edificación. El sector de la construcción, cuenta con un gran aliado en esta tecnología a la hora de hacer inspecciones eficaces en los edificios. Se trata de una forma eficaz y no invasiva de supervisar y hacer un diagnóstico del estado que presenta un edificio. Gracias a las cámaras termográficas, es posible identificar problemas en fases tempranas y detectar fallos en el aislamiento, de forma fácil y rápida. Detectar y reparar fallos en el aislamiento de un edificio conlleva un ahorro energético considerable.
Mediante la detección temprana de estos problemas, es posible documentar y corregir los mismos antes de que se agraven y su reparación resulte más complicada y costosa.
Con una cámara termográfica es posible hacer una inspección adecuada de las posibles pérdidas de energía, detectar fallos o defectos en el aislamiento, localizar puentes térmicos, humedades y moho, filtraciones de agua o fugas de aire. También puede detectar roturas en las tuberías del agua caliente, fallos en la construcción o encontrar averías y fallos en el tendido eléctrico o los sistemas de climatización.
Dentro de la industria, el uso de la termografía se ha ido extendiendo al campo del mantenimiento de los sistemas mecánicos y eléctricos, donde es de gran utilidad. Las imágenes térmicas son excelentes para hacer una detección de posibles faltas en la uniformidad de los equipos, indicando puntos calientes y fríos en la temperatura de la superficie.
El uso de este tipo de cámaras para supervisar la maquinaria y las instalaciones, puede ayudar a minimizar la probabilidad de que se produzcan paradas imprevistas en los equipos debido a averías. Esto conlleva una reducción en los costes de mantenimiento y reparación de los equipos y una prolongación de la vida útil de la maquinaria.
Con una prueba termográfica es posible detectar problemas en los equipos eléctricos de interior y exterior como son los paneles, los interruptores, cables o redes eléctricas entre otros. Las variaciones de temperatura de estos elementos pueden detectar y prevenir averías y paradas de producción, accidentes graves, cortocircuitos e incendios.
Por otro lado, es posible utilizar termografía para detectar problemas mecánicos o estructurales como las pérdidas de energía, averías en la climatización, ventiladores de escape, verificar el estado de las válvulas de vapor o los sifones, detectar fugas de calor, agua o aire.
Los motores eléctricos pueden igualmente ser sometidos a una prueba termográfica en las que se pueden detectar y crear, patrones de referencia del motor para posteriores comparaciones. Examinara si funciona dentro de su rango de temperatura. Detectar problemas en rodamientos, acoplamientos o conexiones, en el flujo de aire y la refrigeración, así como en correas, poleas y rodamientos.
Aunque estos dos sectores utilizan la termografía de manera habitual, son muchos más los campos en los que se aplica. Sus casi infinitas posibilidades, permiten su aplicación en la revisión de instalaciones de áreas o sectores como las energías renovables. En este campo, es muy útil para inspeccionar los paneles solares, garantizando su ciclo de vida y detectando anomalías.
También posee aplicaciones medioambientales donde permiten localizar áreas de acumulación de desechos, controlar la deforestación o la polución del agua. Es de gran utilidad para controlar los gases calientes que llegan a la atmósfera y eficaz para detectar incendios forestales. Así como para hacer una evaluación de las inundaciones y los deslizamientos de la tierra.
Otros sectores como el aéreo o la medicina, tienen la termografía como ayudante para sus inspecciones de todo tipo o estudios que facilitan la tarea de los investigadores médicos.
La termografía es una de las tecnologías más fiables y menos invasivas de las que disponen ciertos sectores para hacer evaluaciones de la situación de sus instalaciones, ayudando en la prevención de los problemas