En los últimos años, los servicios de estética íntima y genital han experimentado un notable aumento en su demanda, impulsados por una combinación de factores culturales, sociales, tecnológicos y psicológicos que reflejan cambios profundos en la manera en que las personas entienden y viven su cuerpo. Esta tendencia, antes considerada un tema tabú o relegado al ámbito exclusivamente médico, ha ganado visibilidad y aceptación, situándose como una opción más dentro del amplio abanico de cuidados estéticos disponibles en la actualidad.
Uno de los principales motores de este auge es el cambio de percepción sobre la intimidad y el cuerpo, especialmente en lo que se refiere al empoderamiento personal y al derecho a decidir sobre la propia imagen. En un contexto donde el bienestar y el autocuidado se han convertido en valores centrales de la vida moderna, muchas personas buscan sentirse cómodas y seguras con todas las partes de su cuerpo, incluyendo las zonas más íntimas. La estética genital ya no se percibe únicamente como un recurso asociado a la cirugía reconstructiva o a motivos estrictamente médicos, sino también como una vía legítima para mejorar la autoestima y la percepción corporal.
La globalización de los cánones de belleza y la influencia de las redes sociales han contribuido también a esta expansión. En un mundo hiperconectado, la exposición constante a imágenes idealizadas y cuerpos normativos ha intensificado las comparaciones y, en muchos casos, ha generado inseguridades. Esto ha impulsado a muchas personas, especialmente mujeres, a recurrir a procedimientos estéticos íntimos para sentirse más conformes con su cuerpo. La creciente presencia de influencers, celebridades y figuras públicas que hablan abiertamente sobre estos tratamientos ha normalizado el tema, eliminando prejuicios y facilitando el acceso a la información.
Asimismo, el desarrollo de nuevas tecnologías y técnicas no invasivas ha desempeñado un papel fundamental en el aumento de la demanda, tal y como nos explica la Dra. Bonal. En concreto, desde su despacho en la Clínica de Medicina Estética Dra. Rosa Bonal, ella nos cuenta que procedimientos como la depilación láser, la aclaración genital, la bioestimulación con láser, los rellenos con ácido hialurónico o incluso la cirugía menor como la labioplastia, se han vuelto más seguros, eficaces y accesibles. La posibilidad de someterse a tratamientos con resultados naturales, rápidos tiempos de recuperación y menor riesgo ha hecho que muchas personas se animen a probar este tipo de intervenciones. Además, el lenguaje de la medicina estética ha evolucionado, adoptando un enfoque más respetuoso, empático y centrado en el bienestar general del paciente.
Otro factor relevante es el crecimiento de la conciencia sexual y el deseo de mejorar la vida íntima. Algunas personas recurren a estos servicios no solo por cuestiones estéticas, sino también por razones funcionales, como mejorar la sensibilidad, aliviar molestias o aumentar el confort durante las relaciones sexuales o el uso de ropa ajustada. En este sentido, la estética íntima se entrelaza con la salud sexual y el derecho al placer, dejando atrás concepciones tradicionales que limitaban estas intervenciones al campo de la vanidad.
Además, los cambios demográficos y sociales han ampliado el perfil de quienes solicitan estos servicios. Si bien antes se asociaban principalmente a mujeres jóvenes, hoy en día también los demandan mujeres de mayor edad, hombres y personas no binarias, lo que demuestra un enfoque más inclusivo y diverso. Las transformaciones del cuerpo a lo largo del tiempo, por causas como el parto, la menopausia o el envejecimiento, han motivado a muchas personas a buscar soluciones estéticas para recuperar el confort y la seguridad en su cuerpo.
¿Qué comunidades autónomas gastan más dinero en tratamientos estéticos?
Las comunidades autónomas que más invierten en tratamientos estéticos en España son la Comunidad de Madrid, Andalucía y Cataluña. Estas regiones destacan tanto por el número de centros especializados como por el gasto medio anual por paciente.
Según datos de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), en 2024, la Comunidad de Madrid y Andalucía lideran en número de centros autorizados para ejercer la medicina estética, seguidas por la Comunidad Valenciana, Cataluña y Aragón. Este crecimiento refleja una tendencia al alza en la demanda de tratamientos estéticos en estas regiones.
En cuanto al gasto medio anual por paciente, las cifras varían según el perfil de usuario y la comunidad autónoma. Por ejemplo, las mujeres representan el 71,8% de los pacientes y gastan en promedio 1.027 euros al año en tratamientos estéticos, mientras que los hombres constituyen el 28,2% de los usuarios, con un gasto medio anual de 800 euros. Estas diferencias reflejan la diversidad en la inversión en estética entre distintas comunidades y perfiles de pacientes.
Además, la Encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadística (INE) revela que los canarios son los que más gastan en peluquería y estética, con una media de 125 euros por persona al año. Este dato destaca la importancia de la estética en la vida cotidiana de los ciudadanos de Canarias.