Pros y contras de las cocinas abiertas y cerradas

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La cocina es una estancia indispensable en  las viviendas. Tal es su importancia que no concebimos la idea de una casa que carezca de este espacio donde elaborar los alimentos y, muchas veces, compartir momentos. Aunque uno no sea cocinillas o no le entusiasme meterse en los fogones, la cocina tiene que estar. En ella no solo se preparan y almacenan los alimentos, también se friegan los platos, se pone la lavadora o se pasan largos ratos sin hacer nada. Se mire como se mire, la cocina es una de las zonas de la casa que a todos gusta tener en buen estado y con las mejores comodidades. Por eso, las hay de muchos tipos, con infinidad de formas y diseños, mas grandes o mas pequeñas, más completas o con lo básico.

Las cocinas han ido cambiando con el paso del tiempo y en la actualidad, como nos comentan los profesionales del diseño de interiores de Pri Burgos, la tendencia está en la amplitud y las cocinas, no son menos. Los espacios abiertos y la eliminación de las barreras, están de actualidad a la hora de reformar las cocinas. Como sucede con todo, para muchos es vital que la cocina esté aislada del resto de la casa, mientras que para otros, esa sensación de amplitud que permite una cocina abierta es el sumun de la comodidad y el diseño. Para gustos, los colores y como colores, en este artículo, vamos a hablar sobre las ventajas e inconvenientes de uno y otro tipo de ventajas, así a la hora de elegir, tenemos todo un poco más claro.

Al decantarse por una u otra opción, se concibe la cocina como estancia propia o como una estancia individual e independiente como una habitación o sala de estar. Aunque para los diseñadores la tendencia a abrir las cocinas es un sueño hecho realidad, unas y otras, tienen sus pros y sus contras, aunque según los profesionales, la decisión depende en gran medida de la distribución del piso.

Cocina abierta, de película

Conocemos este tipo de cocinas, comúnmente denominadas como americanas, precisamente por la infinidad de películas y series americanas que consumimos en nuestro país. Nos gustan por que parecen el no va más de la modernidad, la practicidad y la comodidad. Este tipo de cocinas, gana cada día mas terreno frente a las tradicionales cocinas cerradas españolas. Las cocinas abiertas o integradas en el salón o comedor, convierten la vivienda en más moderna, actual y práctica. Se comparte el espacio y se gana en funcionalidad.

Entre las ventajas que ofrece este tipo de cocina, están inevitablemente la amplitud y luminosidad que aportan a cualquier vivienda, por grande o pequeña que sea. No en vano son las más utilizadas en los pisos pequeños, estudios y lofts, donde el espacio es limitado. La luz natural confiere un aspecto y color diferente a las cocinas y las tornan más cálidas.

Este tipo de cocinas, permite disfrutar de más tiempo en familia o en compañía, pues ofrecen una mayor visibilidad que ayuda a potenciar la interacción: un ejemplo lo vemos en el caso de tener invitados, puede prepararse la comida o el aperitivo mientras se charla con ellos. Las cocinas abiertas son una opción polivalente que se adapta a espacios grandes o pequeños, mediante la colocación de una barra o una isla, el aprovechamiento del espacio aumenta y se logra mayor dinamismo y accesibilidad a la hora de cocinar, limpiar, comer, trabajar, estudiar o lo que sea que se quiere hacer en ella. Es el punto de encuentro ideal para estar con uno mismo o misma o con los demás.

En contra, evidentemente cuenta con algunas cosillas. Ese factor tan ventajosos de tenerlo todo a la vista, juega ese doble papel de pro y contra simultáneo. Su mayor virtud, es su mayor defecto, pues todo queda a la vista y si la cocina es un caos, se proyecta inevitablemente esa imagen de desorganización y desorden en el salón o comedor. Por supuesto la tranquilidad a la hora de cocinar disminuye bastante, algo que a muchos cocinillas puede resultar molesto pues no les gusta ser molestados mientras se entregan a los cuchillos.

Olores, humos y ruidos molestos, son otros de los problemillas que supone tener este tipo de cocina. Es fundamental tener en cuenta la frecuencia en que se cocina y el tipo de cocina que se hace, pues no es lo mismo hacerse ensaladas o pasta que guisos y frituras. Indispensable colocar una campana extractora potente de alta gama, así como electrodomésticos más eficientes y silenciosos.

En cuanto a la obra para abrir la cocina, también puede suponer un inconveniente en sí misma, ya que es posible encontrar sorpresas al tirar algún tabique: instalaciones importantes, desnivel en el pavimento, o similares que no solo retrasarían la obra, también supondrían un aumento del presupuesto.

Cocina cerrada, lo tradicional no falla

En España estamos muy habituados a tener la cocina independiente. Algunos afortunados, han tenido cocinas de tal amplitud que se podía comer en ellas, pero lo más normal es que las cocinas sean ajustadas al mobiliario necesario y utilizadas para cocinar. Al estar cerrada, aporta ese plus de privacidad que muchas cocinillas gusta tener para que nadie copie sus recetas o vean el desorden que deja en ella cada vez que la pisa. También favorece el secretismo en caso de que la cocina esté hecha un lio y no te haya dado tiempo a limpiar y recoger como es debido. Tras la puerta, las visitas no tienen nada que ver.

Entre las ventajas que ofrece una cocina cerrada, de las de toda la vida, encontramos mayor facilidad para aislar el resto de la vivienda de olores, humos y ruidos, grasa incluida que, ya sabemos que tiene una extraña tendencia a acumularse en lugares insospechados. Tampoco se dejan notar tanto los ruidos que generan los electrodomésticos.

Otro punto a favor es que permite tener más opciones a la hora de elegir la distribución de la cocina: en forma de U, en forma de L, con dos frentes, lineal, etc. Tampoco obliga, como sucede con el caso de las cocinas abiertas, a mantener un diseño en concordancia con el salón o el comedor, pues se trata de estancias independientes. El ahorro en el presupuesto de la reforma, es un plus añadido, pues las obras suelen ser menor calibre, ya que no requieren una redistribución ni la eliminación de tabiques.

En contra tenemos también algunos aspectos. Si se trata de una cocina cerrada, situada en el interior de la vivienda y lejos de una ventana, balcón o terraza, la falta de luminosidad, puede ser un problema. Al entrar poca luz natural, es necesario recurrir a la luz artificial, algo que conlleva un mayor gasto energético. La falta de espacio y la limitada disposición que ofrece una cocina independiente de pequeño tamaño es otro de los factores negativos que pueden hacer que la cocina se convierta en un lugar en el que no es fácil moverse.

A parte de contar con menos espacio para la colocación de los elementos necesarios, no es posible instalar una barra o isla de buenas dimensiones, elementos ambos que proporcionan grandes beneficios a la cocina ya que, ofrece espacio extra, permite la sociabilidad y compatibilizar actividades o disfrutar de compañía.

Verdaderamente, los pros y contras de cada tipo de cocina no son tantos, ni tan decisivos. Las dos opciones son válidas y ofrecen prácticamente lo mismo. Salvo casos en los que el tema de los olores y ruidos puedan resultar muy molestos a los habitantes de la vivienda, en cualquiera de los casos, pesa más el gusto personal. En función del gusto y las necesidades es más fácil tomar la decisión de abrir la cocina o mantenerla aislada.

El espacio, el dinamismo y la funcionalidad pueden darse en cocinas cerradas de grandes dimensiones; el agobio y la sensación de claustrofobia pueden igualmente aparecer cuando la vivienda es pequeña y todo está integrado en un mismo espacio.

Al final, es una mera cuestión de gustos personales. Una opción que aquí no se ha comentado hasta ahora, es la posibilidad de tener una cocina que ofrezca las dos versiones. Una gran puerta corredera que hace las veces de muro, es la alternativa ideal para aquellos que a veces quieren tener la cocina abierta y a veces, cerrarla. El resultado de este tipo de cocina integrada e independiente a la vez es sorprendente y a nadie deja indiferente. La propia puerta puede ejercer de librería o estar compuesta con estantes para colocar otra serie de cosas, la funcionalidad es siempre muy importante.

En cualquier caso, tenemos claro que la cocina es una de esas estancias de la casa que debe ser cómoda, práctica y funcional. El diseño más o menos moderno, un mobiliario rompedor o rustico o los electrodomésticos, son los elementos que harán que ese espacio, para la gran mayoría tan particular, sea único. Lo más importante de la cocina es que invite a cocinar, a pasar tiempo en ella y elaborar los alimentos de forma cómoda, al tiempo que se mantiene todo en orden.